Prólogo
… Un buen día casi sin querer, comencé a escribir esta novela. Se trataba de divertirme un poco, recordando las reacciones de ciertos amigos en distintas circunstancias, amigos que en aquel entonces estaban lejos y yo a través del bolígrafo logré reunirlos sin ellos saberlo.
La historia que continuación se narra, tiene distintos personajes, Todo parecido con la realidad, -como la misma realidad de la vida-, es pura ficción. A los ojos del lector resultarán unos buenos y otros malos. Para mí, todos son buenos y todos malos, ya que sin unos difícilmente existirían los otros. Nunca pensé que otro que no fuera yo, pudiera alguna vez leer estas líneas. Es por ello, por lo que fueron escritas a borbotones en distintos estados de ánimo y a lo largo de cuatro años de inconstante e informal trabajo.
Dando por último las gracias a todo aquél que sea capaz de leer los que aquí se cuenta, y dando sobre todo las gracias a todos los personajes que pudieran, -sin razón- sentirse aludidos, les dejo con una corta historia que nunca sucedió … ¿ o sí …?
INTRODUCCION
la mañana, no parecía corresponder al oculto entusiasmo que nos embargaba. Estábamos de nuevo, a punto de emprender la aventura. A las seis de la madrugada aún no había amanecido, esto era una buena coartada; la oscuridad se convertía en nuestra mejor aliada.
Actuábamos como si fuera un día más, pero todos sabíamos la importancia de nuestra misión, el significado del viaje.
Todo estaba a punto, las armas listas, las provisiones perfectamente embaladas para hacer frente a cualquier contingencia. Tiendas capaces de resistir vientos huracanados, en fin, un equipo en el que podíamos confiar. Nuestros mulos iban a ser: el único medio de transporte para alcanzar las altas montañas del norte, misteriosas e interrogantes, que ocultaban el “Sabuc”, peligroso río de aguas heladas, sinuosos meandros e impresionantes saltos, que nos habría de conducir al codiciado “ATNAS ANIRAM”, valle feliz donde la caza abunda el tiempo es bonancible y las aguas cristalinas como si de un paraíso se tratara.
El aliento de los mulos se helaba en la fría mañana; las primeras luces se colaban tímidamente a través de las ventanas de la vieja cabaña. Había llegado el momento.
Hello fue el primero en salir, normalmente no acostumbraba a madrugar, pero la idea de este viaje le venía rondando hacía tiempo y estaba impaciente por comenzarlo.
– ¡Hum! fue el corto y perezoso saludo de Zoom, hombre corpulento y de pocas palabras, que procuraba reservar sus abundantes energías para momentos más necesarios que el socorrido … ¿parece que va a ser un buen día, o que tal has dormido?. Oso, Principe y yo, aparecimos al mismo tiempo, Oso como de costumbre, daba muestras de una alegría consistente en fuertes palmadas, acompañadas de sonidos guturales indescriptibles con los que trataba de llamar la atención del parco Zoom, quien por toda respuesta y con la misma facilidad con que yo me coloco el sombrero, empezó a cargar las mulas con pesados fardos, llenos de las provisiones que constituirían nuestro seguro de vida.
Una respuesta
Lovely Anthony
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