El rio como el primer beso ….., no se olvida y perdura en la memoria. Aquellas intensas reuniones donde todos aportaban sus conocimientos, el equipamiento, como cruzar la bahía y navegar por el rio, la comida necesaria para tal evento, etc.,
Y lo mejor como llevarlo en las piraguas y embarcaciones de las que disponíamos, a pesar de nuestra escasa experiencia en el tema. Pero la ilusión supera cualquier obstáculo, y avanza sin descanso.
Pero con mas voluntad que conocimiento, empezamos nuestra aventura con intensidad y mucho tiempo. Sorteando todos los peligros, llegamos a la desembocadura del cubas, sin puente en aquel momento, solos con la única compañía de ronroneo del «Seagull» que empujaba el bote, donde se amontonaban todas la pertenencias necesarias. El escaso personal que observaba nuestra marcha, hacia apuestas de cuando naufragar.
como defender el campamento buscar la mejor ubicación para resguardo del mismo de las subidas del rio etc.,





